7/1/17

La fórmula preferida del profesor

Terminé este libro casi al comienzo de las vacaciones pero he tenido problemas con el ordenador en el pueblo y he estado bastante desconectada de las redes, algo que tampoco me ha disgustado demasiado aunque ahora se me acumula el trabajo.
Leí este libro por casualidad. Lo vi en una conocida librería mientras buscaba otras cosicas. Eché un vistazo a la sinopsis y sólo con eso me enamoré de él.
Siempre me han gustado las matemáticas y nunca fui buena en ellas pero lo que he sentido leyendo este libro me ha vuelto a traer ese pensamiento a la cabeza, el de que las matemáticas son una maravilla, un arte.
El libro es de la escritora japonesa Yoko Ogawa y lo ha publicado la editorial Funambulista, en donde podemos encontrar varios libros más de esta autora.


La historia es tranquila (aunque a mí me ha sacudido): una limpiadora entra a trabajar en la casa de un profesor de matemáticas que tiene una extraña enfermedad por la que su memoria sólo dura 80 minutos. A casa del profesor a veces le acompaña su hijo Root.
Entre estos tres personajes y con las matemáticas como música de fondo se establece una relación entrañable en la que los personajes crecen. No es que pasen grandes cosas, giros increíbles o acción desbordante, no esperéis algo así. Es un libro que te va calando, sobre todo ese profesor del que sin darte cuenta, tras cada página te vas encariñando cada vez más.

Os dejo un par de fragmentos que subrayé:
"Otra cosa extraña de las lecciones del profesor era que él utilizaba sin ningún problema la frase "no se sabe". No era una vergüenza el no saber, sino una señal que podía llevar hacia una nueva verdad"

"Él siempre trató a Root igual que a un número primo. De igual manera quelos números primos son prmordiales para formar todos los números naturales, él pensaba que los niños eran los átomos necesarios e imprescindibles para nosotros, los adultos. Creía que sus existencia, aquí y ahora, se debía también a los niños"

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